Un fenómeno conocido como 'radiación de sincrotrón' es el que le da la forma a las ráfagas de rayos gamma, fortísimos estallidos de energía que se observan en otras galaxias ...
El cielo nocturno parece tranquilo, pero en las profundidades del espacio constantemente se están produciendo violentas explosiones y destellos, a veces en forma de radiaciones que no puede captar el ojo humano, que liberan tanta energía como el Sol producirá en toda su vida. Estos destellos pueden ser generados por agujeros negros supermasivos, fusiones de estrellas de neutrones o corrientes de gas viajando por el espacio a cerca de la velocidad de la luz.
Eleonora Troja, investigadora de la NASA y de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), vigila el cielo a diario para estudiar las más potentes de estas explosiones: las llamadas ráfagas de rayos gamma («Gamma Ray Bursts», o GRBs, en inglés). Estas explosiones ocurren en galaxias distantes, y en apenas mili-segundos u horas liberan cantidades enormes de energía. Todo apunta a que se forman cuando estrellas muy masivas mueren, se derrumban sobre sí mismas y dan lugar a un agujero negro que, furioso, libera al espacio una enorme cantidad de materia y energía. En un artículo publicado en Nature este miércoles, y gracias a un análisis muy detallado de una ráfaga de rayos gamma, Troja ha concluido que el fenómeno que explica paso a paso el comportamiento de estos violentos estallidos es la radiación de sincrotrón.
«Hemos comprendido que el campo magnético es el que tiene un rol primario en la formación de estas ondas de energía y el que las lanza lejos del agujero negro recién nacido», ha explicado a ABC Eleonora Troja. «Pero también hemos averiguado que durante su turbulento viaje, el campo magnético va siendo destruido y se hace menos importante a la hora de explicar cómo funciona el chorro de energía».
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